La bota sobre la que hablo esta vez es una bota de la gama baja del catálogo de la marca italiana. La llevo usando un año y la impresión que me está causando es bastante buena. Su caña permite bastante movilidad al tobillo (influyendo en el estilo a la hora de patinar), si es lo que buscas, y si la atas hasta arriba llevarás el pie como enfundado en un fórmula 1. Es lo suficientemente rígida como para exigirle prácticamente lo que quieras, si bien los patinadores más experimentados querrán algo más rígido aún.
Una pega que le veo, no a esta bota en concreto, pero si a las botas de patinaje artístico que usamos para los patines tradicionales es el tiempo que hay que emplear en domar la bota. Durante el tiempo que llevo usando esta bota, si bien no la uso todos los días, aún me produce rozadura en la parte inferior interna de la cabeza del peroné.El grosor de la piel es el suficiente como para pensar que hay que tratarla muy mal como para desgastarla o hacer que se vuelva tan flexible como para tener que cambiarla en un buen tiempo.Su lengüeta es de piel con una buena capa de almohadillado que da confort a esa zona, careciendo el resto de la bota de otra medida que la haga agradable para el pie. Esto viene por la propia naturaleza de la bota de patinaje artístico, en la que el control sobre los movimientos y las sensaciones del terreno están a flor de piel.Siguiendo el clásico de las botas de patinaje artístico la podemos encontrar en dos colores básicos: blanco y negro. Es una buena opción para el patinaje de paseo, descenso, por supuesto artístico y en slalom, dando una cierta elegancia al patín y aportando unas sensaciones y control muy buenos.
Bajo mi punto de vista no están hechas para la práctica del hockey, patinaje de velocidad y el patinaje agresivo en skateparks o verticales.
